Brunch Electronik Festival 2026: Barcelona vuelve a bailar (y esta vez, más fuerte que nunca)
- Wen Posada
- 16 dic
- 3 Min. de lectura
Hay festivales que se anuncian y festivales que se sienten. Brunch Electronik pertenece claramente al segundo grupo. Cuando Barcelona aún digiere el invierno, el festival ha decidido lanzar un golpe directo a la pista: un primer adelanto artístico para su edición 2026 que deja claro que el próximo verano no será uno cualquiera.
El 7 y 8 de agosto de 2026, el Parc del Fòrum volverá a convertirse en un santuario electrónico al aire libre. Y no hablamos de una rave más con vistas al mar, sino de uno de los encuentros más cuidados, diversos y ambiciosos del circuito europeo. Cuarta edición, sí, pero con la seguridad de quien ya sabe exactamente qué quiere ser.

Un cartel que entiende el presente (y juega con el futuro)
El primer anuncio reúne a 36 artistas que no solo representan distintos subgéneros, sino distintas formas de entender la electrónica hoy. Desde la épica milimétrica de Eric Prydz, que vuelve a asomarse al mapa de festivales tras su etapa ibicenca más futurista, hasta la sensibilidad melódica y humana de Paul Kalkbrenner, que sigue demostrando que el techno también puede respirar arena y horizonte.
En el lado más abrasivo del espectro, nombres como I Hate Models, 999999999 o SNTS prometen subir las revoluciones hasta ese punto donde el cuerpo deja de pedir permiso. imprescindible del techno europeo contemporáneo.
Pero Brunch Electronik nunca ha ido solo de BPM. El festival entiende la pista como un espacio amplio, donde caben el house hedonista, el groove contagioso y la exploración sonora. Jamie Jones trae ese espíritu que convierte cualquier tarde en una celebración eterna; Mau P pone el funk y la irreverencia; Miss Monique empuja el progresivo hacia paisajes hipnóticos; y Floating Points, en formato live, apunta a uno de esos momentos que se recuerdan años después.

Elegancia, riesgo y comunidad
El cartel también deja espacio para la sutileza y la personalidad: Shanti Celeste, Chaos in the CBD, Paramida, Rødhåd o Jenn Cardini representan una forma de pinchar que no busca el impacto inmediato, sino la conexión profunda con la pista. Y luego está Biig Piig, rompiendo etiquetas con su pop electrónico melancólico y nocturno, recordándonos que un festival electrónico también puede cantar, doler y emocionar.

Mucho más que música
Parte del secreto de Brunch Electronik está fuera del escenario. Su público —mayoritariamente local—, su obsesión por la experiencia diurna, su atención al descanso, la gastronomía, el agua gratuita y las zonas de sombra, y un compromiso real con la sostenibilidad han convertido el festival en algo más parecido a una comunidad que a un simple evento.
En 2026, además de estrenar nueva identidad visual, la organización promete seguir afinando detalles clave, incluyendo un reto que no es menor: mejorar la calidad de sonido respetando la normativa de la ciudad. Una muestra más de que aquí se piensa a largo plazo.
Barcelona como epicentro (al menos hasta 2028)
Con más de 70.000 asistentes en sus últimas ediciones y una renovación de permisos que asegura su presencia en el Fòrum hasta 2028, Brunch Electronik se consolida como uno de los grandes activos culturales de la ciudad. Un festival hecho desde Barcelona y para Barcelona, que mira al mundo sin perder su acento.
Si este primer avance sirve de indicio, Brunch Electronik Festival 2026 no solo será una cita imprescindible del verano europeo. Será, una vez más, ese lugar donde pasan cosas que no pasan en ningún otro sitio. Y eso, hoy en día, vale oro.
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