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Barcelona se sacude con The Offspring: punk sin fecha de caducidad

  • Foto del escritor: Wen Posada
    Wen Posada
  • 30 sept
  • 2 Min. de lectura

https://www.instagram.com/simpleplan/

El pasado sábado, The Offspring convirtió el Arena de Badalona en una celebración colectiva de punk rock, memoria generacional y energía desbordada. La banda de Dexter Holland y Noodles demostró que, pese al paso de los años, su fórmula sigue siendo imbatible: guitarras afiladas, estribillos coreables y un directo que no da respiro. El concierto fue mucho más que un repaso a su catálogo; fue un homenaje a la cultura del rock en todas sus facetas, con guiños a leyendas y a una época que marcó a toda una generación.

Uno de los momentos más emotivos llegó con el tributo a Ozzy Osbourne, una figura que, incluso desde fuera del punk, representa la resistencia y la autenticidad de la música dura.



En esa misma línea, The Offspring sorprendió al público con una versión enérgica de “I Wanna Be Sedated” de los Ramones, recordando los orígenes del género y devolviendo a todos a las raíces del punk de finales de los 70. Fue un puente perfecto entre la nostalgia y la potencia presente del grupo.

El despliegue visual acompañó el rugido sonoro: el escenario estuvo dominado por gigantescos esqueletos azules que escupían humo, una puesta en escena que aludía al nuevo álbum Supercharged, un trabajo que mantiene el espíritu rebelde y festivo de los años de instituto.


El público respondió con la misma entrega: mosh pits implacables, saltos interminables y un coro de gritos que convirtió el concierto en un ritual colectivo.

La columna vertebral del setlist estuvo formada por clásicos infaltables como “Self Esteem”, “Come Out and Play”, “The Kids Aren’t Alright” y “Why Don’t You Get a Job?”, canciones que convirtieron el recinto en un gigantesco karaoke punk. Junto a ellos, los de California presentaron temas frescos de Supercharged, como “Make It All Right” y “Army of One”, que confirmaron que su energía creativa sigue encendida y supieron mezclarse con naturalidad con los himnos de toda la vida.



La nostalgia también tuvo otro gran protagonista: Simple Plan, que se encargó de abrir la noche. Con un repertorio cargado de hits que definieron la era dorada de MTV, lograron arrancar sonrisas y recuerdos de adolescencia a los asistentes. La conexión fue instantánea: miles de voces coreando himnos pop-punk que aún resuenan en la memoria de quienes vivieron los 2000 frente a la pantalla de su televisor.



Al final, lo que se vivió en Badalona fue un recordatorio de por qué The Offspring siguen siendo un referente absoluto: saben equilibrar la nostalgia con la energía fresca, rinden homenaje a quienes los inspiraron y, sobre todo, mantienen intacta la capacidad de hacer que una multitud entera se olvide de todo y se entregue a la música. Fue, sin lugar a dudas, una noche que quedará marcada en la memoria de Barcelona como una auténtica celebración del punk rock.


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